AMAUTAS DE BOLIVIA
El título amauta, o también conocidos como sabios andinos, deriva del quechua hamawt’a que tiene como significado maestro o sabio. Recibieron ese nombre porque en tiempos de la colonización eran ellos los que se encargaban de enseñar a los hijos de los nobles o en muchos casos al mismo Inca. Sus conocimientos, sin embargo, van más allá de las letras, pues también son considerados como el puente espiritual entre la naturaleza y las personas.
Una de las funciones del amauta en el imperio Inca era la de enseñar específicamente normas morales, historia, religión y formas de gobernar en el imperio. Por otra parte, enseñaban matemáticas y conocimientos sobre la tierra y el universo, lo que actualmente recibe el nombre de Cosmovisión Andina. En aquella época existían dos tipos de educación: la primera que estaba dirigida solamente a la clase alta y eran exclusivamente brindadas por los amautas, y la otra era una educación para el hombre común (hatunrunas) basado en los conocimientos transmitidos de generación en generación.
Con la llegada de los españoles y la imposición de una nueva religión, en Bolivia y países vecinos, hubo una ruptura en las creencias, por lo que los amautas perdieron su lugar de maestros y fueron reemplazados por otros de origen español. Esta situación cambió la visión que los habitantes tenían sobre los amautas porque las creencias habían cambiado; muchos se convirtieron al cristianismo y las creencias ancestrales estaban siendo olvidadas.
Actualmente los bolivianos siguen considerando a los amautas o yatiris como sanadores naturales que pueden equilibrar las energías y que poseen una alta capacidad espiritual para comunicarse con la madre naturaleza. Estas personas también pueden leer la coca y utilizar esta sabiduría para decirle al “hombre común” lo que le depara el futuro.
Además, se cree que los guías espirituales nacen con rasgos o señas particulares, por ejemplo, se dice que nacen de pie, poseen seis dedos, tienen dos coronas o remolinos en la cabeza, o que hayan sido alcanzados por un rayo y sobreviviendo al evento.
No debemos restarle importancia a creencias de los pueblos porque es parte de nuestra identidad cultural, así como cualquier otra que exista en el resto del mundo.
By: Alison Loza
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