Los problemas relacionados con el medio ambiente nunca dejarán de ser algo menor. Cada día luchamos contra los “enemigos” del planeta que lastimosamente son los mismos seres que lo habitan. Pero también hay personas que aportan con sus habilidades e iniciativas que ayudan a muchos, pero sobre todo son amigables con la Tierra, por lo que en esta oportunidad hablaremos de un hombre latinoamericano cuya idea traspasó el continente.
En el año 2002 durante un gran corte de luz, el mecánico brasileño Alfredo Moser elaboró una lámpara diurna hecha con una botella de plástico que funcionaba a partir de la luz solar. Esta idea nació a partir de que en aquellos años los apagones eran frecuentes y no todos gozaban de este servicio, por lo menos no en la región donde él vivía.
Moser realizó la primera prueba mezclando agua y cloro dentro de una botella y colocándola dentro de un agujero que hizo en el techo de su casa. El ambiente se iluminó a través del efecto de refracción obtenido por la incidencia de la luz solar en la parte superior de la botella. La luz generada equivale a la potencia de una lámpara de 55 watts. Una vez finalizada la prueba procedió a instalar las lámparas en casa de sus vecinos.
La parte interesante es que el pequeño proyecto de Alfredo fue seguido por el filipino Illac Diaz, quien ya desarrollaba proyectos sustentables y de bajo costo en su país. Entonces, se dio cuenta de que podría perfeccionar la idea y ayudar a familias de barrios pobres, y pronto fundó la “Liter of Light”, una ONG sin fines lucrativos que fue creciendo poco a poco hasta que, en el 2011, ganó el premio Nobel de energía sustentable. Hoy la ONG ya está presente en 21 países y 6 continentes.
Como depende de la luz solar, la lámpara desarrollada por Moser funciona solo durante el día. Para que las lámparas también funcionaran durante la noche, la ONG creó un mecanismo en el que pequeñas lámparas de led, puestas dentro de botellas de plástico, se alimenten de una placa fotovoltaica que carga una batería capaz de almacenar hasta 32 horas de energía. Durante el día, las placas captan la luz solar que, al transformarse en energía, se almacena en la batería, posibilitando la utilización de las lámparas durante la noche.
El próximo paso de la ONG fue llevar estas lámparas nocturnas a las calles, proporcionando más seguridad a los vecinos. Usando la misma tecnología y aprovechando botellas de plástico y tubería de pvc, Liter of Light desarrolló postes de luz que los voluntarios de la ONG pueden instalar en calles de barrios más humildes y necesitados. La técnica se enseña a los vecinos para que puedan hacer la manutención y también instalar nuevos prototipos en otras partes de la comunidad.
En julio de 2015, el primer modelo de poste se instaló en Brasil, en concreto en la comunidad de Vila Beira Mar, en Río de Janeiro. La acción reunió voluntarios de varias partes del país. Hasta el momento, comunidades de São Paulo, Río de Janeiro, Florianópolis y hasta del Amazonas ya recibieron los postes de Un Litro de Luz, nombre dado a la ONG en Brasil. Se estima que los postes redujeron la emisión de cerca de 250 kg de CO2 anualmente y el retorno de la inversión se obtiene en solo 3 meses. Un Litro de Luz funciona con el apoyo de empresas, jóvenes voluntarios, organizaciones sociales, medios de comunicación y con la sociedad en general.
Buenas Vibras!
By: Alison Loza