Despertando nuestros sentidos, desencadenando estímulos y deseos a través de la comida
Nos preguntamos si la gastronomía es una moda o está de moda. ¿O es ambas cosas a la vez? Simmel decía que la moda es algo que todos dicen, quieren o de lo que todos hablan al tiempo o en un mismo tiempo. Hoy en día, sin perder los perfiles de su origen, la gastronomía es un fenómeno de comunicación. El éxito y la popularidad del término se debe a la expansión de la cultura de la mesa, que ha creado su propios mitos y referentes, gracias precisamente a los medios.
El Food Porn o el porno de la comida, un negocio en expectativa.
La cocina ha evolucionado en función de nuevos sabores y experiencias de los cocineros, de las formas de cocinar, de los útiles y menaje; de los inventos que han contribuido a la mejora de las cocciones y de la conservación de los alimentos. Pero también ha evolucionado la difusión de los mismos.
El témirno Food Porn surgió en los años 50 en los inicios de la fotografía gastronómica, mencionado por Rosalind Coward en su libro “Deseo Femenino” en 1984. La semántica del concepto evoca que la comida es tan irresistible y seductora que puede ser considerada reemplazo del sexo.
Que la comida entra por los ojos no es un concepto nuevo, pero sí lo que se haga a través del móvil. El hastag #FoodPorn ha arrasado las redes sociales, una tendencia relacionada con un estilo de fotografiar comida con alto contenido calórico y con características visuales muy impactantes y casi agresivas (gastronómicamente hablando).
La pizza, por ejemplo, es la comida más etiquetada en Instagram, con alrededor de 35 millones de menciones. Instagram se ha instalado definitivamente en nuestras vidas como medio para difundir a los cuatro vientos nuestras experiencias gastronómicas. Al margen de críticas y postureos varios, hay que reconocerlo: todos somos gastroexhibicionistas en potencia.
«Cuanto más de cerca, mejor. A la gente le encanta ver la comida grande en pantalla. Y las capas también son excelentes, especialmente con las hamburguesas», aconseja Natalie Seldon, estilista de comida y escritora, en una entrevista con la BBC.
En una imagen con el sello #foodporn, sin embargo, el protagonista del éxito no es solo el producto, sino también el fotógrafo que “manipula” la imagen para generar esa sensación tan única de deseo. Por dicha razón, varios propietarios de restaurantes y chefs de todas partes del mundo se apuntan a cursos de formación fotográfica. También se ha visto que en restaurantes europeos facilitan equipos de fotografía, sin costo alguno, a sus clientes para tomar excelentes fotografías y de esta manera generar buena publicidad.
¿Y tú, qué esperas para sumarte al mundo del food style?
By: Carla Ticona Espinoza
¡Buenas Vibras!