Categoría: SUPERFICIALIDAD DAÑINA

  • LA CAZA DE ANIMALES Y LA MEDICINA

    LA CAZA DE ANIMALES Y LA MEDICINA

    Por sus cuernos, por su carne o por sus escamas. La medicina tradicional basada en productos naturales se ha nutrido a lo largo de la historia de distintas partes de animales, algunos de los cuales se encuentran en peligro de extinción precisamente debido a la caza. Estas son solo algunas especies amenazadas por unas prácticas pseudocientíficas que les están llevando a la desaparición. En china animales como el pangolín, caballitos de mar, el rinoceronte de Sumatra y el loris, se encuentran en peligro de extinción dado que los cazan con fines curativos “creyendo” que curan enfermedades como infartos, ansiedad, aumento de leche materna, epilepsia, etc.

    En Bolivia al menos 15 animales silvestres son utilizados con fines medicinales. Sus partes se procesan y ofrecen en aceites, cremas, polvos y como cataplasmas. Uno de los productos más requeridos por las mujeres es el aceite de peta o tortuga de la Amazonia usado para eliminar manchas, pecas, arrugas y várices. A pesar que la tortuga de río es considerada “vulnerable” y la peta gigante “en peligro” de extinción según el Libro Rojo de la Fauna Silvestre en Bolivia, el aceite llega de Santa Cruz y Beni a los mercados populares de la ciudad. En Beni, además se consume petas como tortilla en el desayuno y en caldos. Sus huevos se venden en cinco bolivianos.

    Los comerciantes de medicina tradicional venden aceite de raya “de las riberas del río Mamoré” y del Chapare como una pócima reconstituyente de pulmones. Otros venden polvo de víbora para las enfermedades de la vista, inflamaciones, artritis y reumatismo. Las  pieles de víbora, de caimán “en peligro” de extinción y del lagarto “casi amenazada”, son utilizadas como cataplasmas para  inflamaciones, quemaduras y heridas.

    Los callahuayas, curanderos y brujos venden grasa de mula para la tos, bronquitis, dolores de hueso, golpes y artritis. En muchos casos son mezclados con aceite de animales silvestres, como el lagarto y la víbora. En el sector de q’oas del mercado La Pampa ofrecen “pecho de la mula” de 10 a 15 bolivianos. Allí informaron que para  obtener grasa de lagarto puro el  interesado debe “encargar” el animal en el Chapare tienen que ir al Chapare y decir “que se lo agarren un lagarto”.

    Fuente: Los Tiempos

    En la sección de curanderos del Circuito Bolivia, cerca del mercado de Frutas, algunos utilizan la grasa de suri o avestruz andino, considerada una especie “en peligro” de extinción, para la bronquitis y el reumatismo.

    Los huevos de víbora y ñandú se usan para sanar torceduras o luxaciones, mientras que las plumas de cóndor las hacen “humear” para frenar las hemorragias. El biólogo y especialista en aves, José Antonio Balderrama, informó que la sangre del oso andino o jucumari, una especie vulnerable en el Libro Rojo, es requerida para tener “energía”. El comercio de estos productos se realiza sin ningún control.

    En el caso de los murciélagos, en Bolivia se bebe su sangre fresca por sus presuntas propiedades curativas, en especial, según creen, para ayudar a tratar la epilepsia. «La creencia está muy arraigada en nuestra sociedad, sobre todo en los Andes», explica el especialista en murciélagos Luis F. Aguirre, director del centro de biodiversidad y genética de la Universidad de San Simón, en Cochabamba. Oficialmente, la caza de murciélagos es ilegal. La legislación boliviana prohíbe la matanza y la venta de cualquier animal salvaje sin el permiso pertinente, delito punible con hasta seis años de cárcel. Cada mes, se vendían más de 3.000 murciélagos en solo cuatro grandes ciudades bolivianas. Las especies variaban, pero incluían murciélagos de la fruta, insectívoros y vampiros.

    La práctica está impregnada de rituales y los orígenes de los supuestos poderes de la sangre de murciélago siguen siendo confusos. Los bolivianos tienen un profundo compromiso cultural con la medicina tradicional, que puede incluir ofrendas animales y remedios de hierbas. Por ejemplo se cree que para traer buena suerte a una casa o a un laboratorio científico, se quema un feto de llama seco y se entierran sus cenizas bajo el edificio. La sangre también se considera una potente fuerza vital que, si se consume, puede transferir algunas de sus propiedades.

    Fuente: National Geographic

    Procesos muy crueles

    Si se habla de brutalidad animal hay que recordar a los que son mantenidos con vida en las peores condiciones imaginables para poder extraer poco a poco alguna sustancia de su cuerpo. Se debe redoblar la lucha contra curanderos de medio mundo que creen que algunos animales, o partes de ellos, son el “tratamiento milagroso” contra una enfermedad. El tráfico de especies animales para dedicarlos a falsos remedios médicos está en aumento.

    Los animales también tienen derechos y leyes que los protegen, tal como la Ley 700, la Ley 1333, el Decreto Supremo 21312, todas en defensa y el bienestar de nuestros animales, en contra de su explotación o sufrimiento para el beneficio humano. Alcaldías y gobernaciones municipales tienen potestad para salir en su defensa haciendo cumplir la ley.  

    By: Daymira Canales

    Bajo mi Sombreo Verde

  • PROBLEMAS AMBIENTALES POR EL USO DE PIELES

    PROBLEMAS AMBIENTALES POR EL USO DE PIELES

    La caza de furtiva de animales

    El negocio de la caza furtiva de animales mueve millones de dólares en el mundo y da comida y medios a miles de personas en todo el planeta, pero también amenaza gravemente la vida de millones de especies y el equilibrio de sus ecosistemas, entre otros problemas. Una de las causas, y la mas importante es:

    • La venta ilegal de animales. En este caso, muchos de los animales son vendidos vivos, pero son cazados en sus hábitats de forma furtiva, y otros muertos como materia prima para diversas industrias. El negocio del tráfico ilegal de animales es, tras el tráfico de armas y de drogas, el tercero que más dinero mueve (según la ONU, 10 mil millones de dólares al año).

    Se trafica sobre todo con monos, víboras, tortugas, iguanas, caimanes o aves (principalmente loros). Los loros, se venden vivos como animal de compañía al público o para zoológicos, zonas de reserva de fauna o circos con animales. En cambio las iguanas, y otras especies se venden muertas para la elaboración de zapatos o carteras con sus pieles.

    Fuente: Hogarmania

    Moda de pieles

    • Pieles de animales silvestres
      La caza y captura de animales silvestres para la explotación peletera es un método muy utilizado en la gestión de fauna silvestre y no tiene demasiado impacto ambiental. Existe un cupo muy restringido establecido por los gobiernos u organismos ecologistas estatales para mantener las poblaciones en niveles que representen un excelente estado de salud para el ecosistema. La venta de pieles de animales silvestres no solo proporciona importantes ingresos para comunidades remotas o indígenas, sino que también ayuda en la gestión de los ecosistemas. Generalmente, utilizan todo el animal, y lo que no consumen como alimento lo devuelven al ecosistema para proporcionar comida para otras especies silvestres.
    • Pieles de animales de granja
      Los animales de granja consumen alimentos preparados con los restos de productos de la industria de la carne, pescado y lácteos, evitando así que estos desechos sean eliminados en el medio ambiente. Cuando los desechos de las granjas peleteras se administran correctamente, existen beneficios ambientales como la producción del biogás que reduce la demanda de combustibles fósiles y la producción de fertilizantes agrícolas que reemplazan a los fertilizantes elaborados con gran cantidad de energía.

    Procesamiento
    Todos los productos químicos utilizados en la preparación de las pieles están regulados para garantizar que se adopten prácticas que respeten el medio ambiente. El comercio de la piel utiliza los mismos productos químicos, que los que se utilizan en las industrias del curtido de pieles donde se elimina el pelo o la piel del cuero, en cambio en la industria peletera, el cuero debe ser tratado con mayor cuidado para garantizar que el pelo o la piel permanezcan intactos.

    La industria peletera es responsable de un derroche de recursos, de la generación de residuos y de la introducción en el medio natural de especies no autóctonas. Todo ello para satisfacer una supuesta necesidad de prendas de abrigo, totalmente inexistente, y los imperativos de una moda anticuada y repudiada por la mayorí­a de la población.

    Fuente: El País

    Razones para no usar pieles:

    • Millones de animales son matados anualmente: la industria peletera causa la muerte en el mundo a más de 140 millones de animales silvestres. 40 millones de estos animales son criados y matados en granjas y los 20 millones restantes son cazados utilizando trampas no selectivas que a su vez producen la muerte de otros 80 millones de animales no útiles para la peleterí­a.
    • Extinción de especies: la captura y muerte de animales salvajes con fines peleteros ha llevado a la extinción a diversas especies, como por ejemplo, al visón del mar y al zorro de las Malvinas, mientras que a otras muchas las ha puesto al borde de la desaparición.
    • Sufrimiento innecesario: Los métodos utilizados para matar a los animales son estremecedores. En el caso de animales en libertad, su muerte se produce especialmente mediante la utilización de trampas, tales como cepos. Estos métodos no causan la muerte del animal de forma rápida, sino que alargan el sufrimiento. La muerte termina produciéndose tras largo tiempo de agoní­a.
    • Manipulación genética: la manipulación genética es una constante en las granjas. Se realiza una crí­a selectiva basada en caracterí­sticas tales como la calidad y el color de la piel, o en el éxito reproductor.
    • Intento de domesticación: la crí­a en granjas de animales silvestres como los visones o los zorros se realiza como si éstos fuesen animales domésticos. La domesticación de cualquier animal supone la desaparición de la forma de vida y comportamiento de una especie. Este proceso hace que pierda su capacidad de sobrevivir por sus propios medios, pasando a depender del hombre. La domesticación de especies silvestres supone su «extinción», y ello debido únicamente al uso de sus pieles.
    • Derroche de recursos: la muerte anual de 140 millones de animales silvestres para la confección de innecesarios productos de lujo representa un evidente derroche de nuestro recurso fauní­stico. Pero, además, la existencia de las granjas peleteras supone también un derroche energético y de alimentos. Se necesitan 3,3 toneladas de alimento (harina de pescado, proteí­nas vegetales, cereales, etc.) para confeccionar un abrigo de visón, y 1 tonelada para un abrigo de zorro.
    • Producción de residuos: En los procesos de curtición de las pieles se emplean metales pesados que se vierten en las aguas industriales, envenenando los ecosistemas acuáticos.
    • Cambios en la cadena alimentaria: Al cambiar el ecosistema y abandonar los animales su hábitat natural para sobrevivir lejos del ser humano se altera de forma considerable la cadena alimentaria. La caza no solo influye en los animales que mueren sino en las presas, depredadores y plantas que conforman el entorno dando lugar a una mala calidad del suelo y a la escasez de nutrientes

    Finalmente, la caza contribuye a la pérdida de biodiversidad de especies. La mayoría de las extinciones modernas de especies se han generado por una pérdida o degradación del hábitat (deforestación, contaminación, cambio climático) o la depredación por especies invasoras. Cada día más de 150 especies desaparecen; cada año entre 18 000 y 55 000 especies se extinguen. A este ritmo, entre un 25 % y un 40 % de las especies que habitan en el continente africano pueden perderse para el año 2085, según el secretario de la Convención para la Biodiversidad de la ONU.  La pérdida de la biodiversidad, hace daño al propio humano.

    Por todo ello, es necesario valorar los factores que, como la caza inciden de forma negativa en el equilibrio ambiental y en la riqueza de biodiversidad de especies, que a su vez, repercuten en el bienestar del propio ser humano.

    By: Daymira Canales

    Bajo mi Sombrero Verde