En Bolivia la mayoría de los procesos productivos son fabricados bajo el predominio de la economía lineal, que al no tener en cuenta lo que ocurre cuando un producto llega al final de su vida útil, contribuye a una «cultura de descarte», que incrementa la cantidad de desechos cada año, generando una visión de consumismo y nos aleja de un desarrollo sostenible. (Morales 2010)
De otro modo, la Economía Circular propone que el producto, al cumplir la vida útil con el consumidor, éste vuelva a ser reinsertado a la cadena de valor productivo, eliminando el concepto de «residuo», el cual representa un gran impacto ambiental al disminuir los residuos sólidos que son contribuyen a la contaminación global, económico por la reducción de costos por adquisición de materia prima y social al fomentar una nueva cultura de consumismo no desechable.
La Economía Circular, además de cuidar el medioambiente, abre la posibilidad de los negocios verdes con oportunidades de ingresos para gran cantidad de personas.
Bolivia tiene la Ley de Gestión Integral de Residuos N° 755 (2015) que establece que los residuos sólidos tienen una gran importancia, en pro de la protección de la salud y preservación del medio ambiente, promoviendo el enfoque de una «Gestión Cíclica», es decir, que los residuos deben ser tratados para su recuperación y/o reutilización, mediante un sistema conformado por procesos de planificación, desarrollo normativo, organización, sostenibilidad financiera, gestión operativa, ambiental, educación y desarrollo comunitario, para la reducción de la generación de residuos, maximización de su aprovechamiento y minimización de la disposición final de los mismos, de tal forma que la recuperación de los residuos sea controlada y se reincorporen a la cadena de reciclaje separándolos en grupos según su origen, y sí los residuos ya no son aprovechables, disponerlos finalmente en rellenos sanitarios con calidad de infraestructura.
En el año del 2019 Swisscontact, implementa el proyecto “Mercados para el Reciclaje”, con un enfoque de economía circular, que fortalece ecosistemas de negocios verdes en Bolivia. El proyecto promueve el aprovechamiento de tres tipos de residuos: llantas, baterías y chatarra del parque automotor.
Mercados para el Reciclaje quiere demostrar que se puede trabajar en la creación de empleos y generación de ingresos a partir de los Negocios Verdes, actividades económicas que ofrecen productos y servicios que generan un impacto social, ambiental y económico. Los Negocios Verdes en Bolivia que apoya el proyecto tienen como resultado la creación de productos nuevos y de calidad, por ejemplo: de llantas usadas se elaboran baldosas, trapeadores, suelas de zapato, polvo de caucho para asfalto, pisos amortiguados y demás; con las baterías usadas se producen nuevas, a partir de un proceso tecnológico que separar el plástico, plomo ácido y líquidos tóxico; con la chatarra se procede a su fundición y producción de metales ferrosos para construcción.
Bajo Mi Sombrero Verde
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