Bolivia genera un total 16.200 toneladas de desperdicio de comida, un 1.800 toneladas son pertenecientes a la ciudad de Cochabamba, según informó el Banco de Alimentos de Bolivia (BAB). Esto genera un impacto negativo en el medioambiente dado que para la producción de alimentos se utiliza agua, tierra, energía y otros recursos naturales. Si se producen alimentos y no se les saca provecho, pues junto a ellos, se desechan estos recursos.
El desperdicio está compuesto en un 50% por verduras, el 23% por frutas. Y en porcentajes menores otros alimentos como cereales, lácteos y carnes. Debido a la corta vida útil que tienen y a pesar del importante aporte nutricional de las frutas y verduras, son los alimentos que más se desperdician.
A continuación te presentamos algunas ideas para poder reducir el desperdicio de alimentos y así poder darles más provecho:
Restos de café
Los restos de café tienen muchas propiedades que se puede utilizar con fines cosméticos, limpiadores para el hogar y hasta fertilizantes.
– Como uso cosmético: Es un excelente exfoliante y combatiente de loa celulitis. Basta mezclar los restos con un poco de aceite de coco, frotar de manera circular sobre la piel, enjuagar y ¡listo!
– Como limpiador para el hogar: Se puede usar como desatascador de tuberías, o también como un limpiador multiusos gracias a su poder abrasivo para eliminar la mugre y las grasas. Solo se debe mezclar los restos de café y un poco de jabón líquido, frotar contra la superficie a limpiar, enjuagar con agua tibia y listo.
– Como fertilizante: Funciona por su contenido de nitrógeno, magnesio, potasio, calcio y otros minerales. Pon los restos de café en tu composta o incorpóralos directamente en la tierra.
Fertilizante de cáscara de huevo
Las cáscaras de huevo están compuestas en un 93% por carbonato de calcio y un 1% de nitrógeno, además de otros nutrientes que benefician la calidad de los suelos. Su uso como fertilizante ayuda a mejorar el crecimiento de plantas, reduciendo el riesgo de podredumbre apical causada por la deficiencia de calcio y mantienen las plagas alejadas.
Solo necesitas ponerlas en remojo o hacerlas hervir en agua y con ella regar tus plantas. También la puedes poner de manera directa en el fondo de la maceta.
Ambientador Natural
Las cáscaras de los cítricos como el limón, naranja y mandarina tienen un olor muy agradable e intenso, lo cual podemos aprovechar y utilizarlo como un ambientador natural. Solo necesitaremos:
- ½ vaso de alcohol etílico.
- Cascaras de cítricos.
- 1 rama de canela.
- 2 cucharas de agua destilada.
- 1 recipiente de cristal.
Ponemos todos los ingredientes, excepto el agua destilada, en un recipiente de cristal, lo tapamos bien y lo guardamos en un lugar oscuro durante 8 o 10 días. Pasado el tiempo aconsejado, vierte el producto en un frasco con atomizador y agrégale dos cucharadas de agua destilada. Agita bien y rocía el ambientador sobre los espacios deseados.
Infusión para aliviar la tos con cáscaras de frutas cítricas Gracias a las propiedades que poseen podemos utilizarla para combatir la resequedad de garganta o de la tos. Solo necesitaremos:
- La cáscara de ½ limón.
- La cáscara de ½ naranja.
- 1 vaso de agua (200 ml).
- 1 cucharada de miel (25 g).
Ponemos a hervir el vaso de agua y añadimos las cascaras de limón y naranja previamente lavadas, junto con la cucharada de miel. Se deja infusionar la mezcla por 20-25 minutos y listo ya puedes beberlo. Veras como te sienta bien y alivia tus molestias.
Estas solo son algunas ideas que te dejamos para un consumo más responsable con el medio ambiente. Practicar un consumo consciente no supone dejar de comprar, sino consumir solo aquello que se necesita, evitando así el desperdicio de comida y también la generación de residuos que lleva asociados. La «regla de las tres R» (Reducir, Reutilizar y Reciclar) nos ayuda a mantener una actitud responsable hacia el planeta y contribuir al desarrollo sostenible, pero también es perfectamente aplicable al modo en que gestionamos todo lo relacionado con los alimentos que consumimos cada día.
By: Daymira Canales
Bajo mi sombrero verde