El pasado 23 de febrero se conmemoró el “Día del Compromiso Internacional del Control del Mercurio”, esto en el marco del cumplimiento del Convenio de Minamata que entró en vigencia a partir del año 2017 comprometiendo a sus 74 Estados parte a realizar todas las acciones necesarias para proteger la salud humana y el ambiente de las emisiones y liberaciones de mercurio y sus compuestos en actividades humanas, pero ¿por qué es importante controlar el uso y emisiones de mercurio?.
Hablemos de un poco de historia, el acuerdo lleva el nombre de Minamata, que hace referencia a una ciudad de Japón, donde hace más de 70 años se produjo uno de los mayores desastres industriales con cerca de 900 muertos y más de dos mil afectados. Al principio se empezó a observar extrañas reacciones en los gatos como agresividad, espasmos, convulsiones, este comportamiento luego se percibió en aves y perros y finalmente en las personas del lugar que empezaron a mostrar extraños síntomas como falta de coordinación y sensibilidad en manos y piernas, pérdidas de visión y audición, fuertes convulsiones, psicosis y en casos extremos parálisis y muerte. Finalmente se certificó que miles de personas sufrieron directamente de intoxicación por mercurio, lo que ahora se conoce como la enfermedad de Minamata. Después de 12 años de investigaciones se descubrió que una empresa química que utilizaba el mercurio (Hg) como catalizador en su fabricación de PVC había vertido de forma clandestina grandes cantidades de mercurio a una bahía cercana.

Fuente: INFOBAE. La curiosa historia de una enfermedad que le debe su nombre a una ciudad contaminada.
Bajo este antecedente, el mercurio, está considerado como uno de los metales más tóxicos que se encuentran en el ambiente y si bien está presente en la naturaleza, la exposición a este (incluso en pequeñas cantidades) de a la Organización Mundial para la Salud (OMS) puede ocasionar problemas graves de salud, ya que es altamente neurotóxico, y puede afectar directamente al sistema inmunitario, el aparato digestivo, la piel, los pulmones riñones y ojos.
Este elemento que es el único metal que a temperatura ambiente se encuentra en estado líquido, en la naturaleza proviene de la actividad volcánica y la erosión de las rocas , y en las actividades humanas es procedente de diversas fuentes como la combustión de carbón, procesos industriales, incineración de residuos y propiamente de la extracción minera de mercurio, cal, oro, siendo esta última una de sus principales fuentes generadora, sin embargo el mercurio no es solo utilizado en la producción de metales sino también cemento, papel, artículos médicos, empastes dentales, focos, pilas, cremas y jabones, entre otros.

Fuente: https://www.caracteristicas.co/mercurio-metal/
En nuestro país, el Convenio de Minamata fue suscrito el 10 de octubre del año 2013 y ratificado el 17 de noviembre de 2015 mediante Ley No. 759. De acuerdo al Inventario Nacional de Fuentes de Mercurio en Bolivia, elaborado por el Ministerio de Medio Ambiente y Agua (2017), se estimó que hasta la gestión 2014 las emisiones de mercurio en el país fueron de 45.684,95 Kg. de los cuales el 82,30 % corresponde al uso de este elemento en la extracción de oro.
Se deberá tomar en cuenta que en las últimas décadas, la actividad minera artesanal del oro se ha extendido en varios países, esta actividad informal y no controlada permite que gran parte de la comercialización del oro y mercurio se realice a través de mercados negros clandestinos. En el mismo año a partir del análisis de la actividad minera ilegal, el Centro de Observación, Análisis y Recopilación de Emisiones de Mercurio (Mercury Watch), en su informe presentado, posicionó a Bolivia como el segundo emisor de Mercurio en Latinoamérica, con un promedio de emisión de 120 t de Mercurio por año, que representa el 12% del total de las emisiones a escala mundial (el valor estimado fue de 1000 t de Mercurio por año).
En este sentido tomemos en cuenta según datos de prensa aproximadamente 1.115 de las 1.806 cooperativas que hay en el país, es decir el 62%, explotan oro y que el 35% del total contarían con licencia ambiental y el 42% estaría en proceso de obtenerla.

Fuente: SINC – Analizan la minería artesanal del oro y los riesgos para la salud
Ahora bien el principal problema recae en las poblaciones rurales pobres ya que mucha gente es empleada en la actividad minera artesanal para recuperar oro, lo que afecta no sólo la salud de los mineros, sino también de los diferentes organismos vivos de los ecosistemas que pueden intoxicar a otras poblaciones humanas que consumen alimentos contaminados como los peces, tomando en cuenta que este elemento es bioacumulable dentro de la cadena trófica.
Así dentro de las conclusiones del mismo Inventario, se señala que el sector minero aurífero representa un reto en el diseño e implementación de medidas y acciones para el control y la mitigación de emisiones de mercurio, dentro de las cuales se encuentra el normar su uso en las actividades en las que se utilice, proyectar la reducción o eliminación del uso de amalgamas de mercurio en operaciones artesanales y de pequeña escala, gestionar e implementar proyectos específicos de manera prioritaria en el área de la minería artesanal y el entrenamiento y capacitación de los operadores en la implementación de mejores prácticas ambientales y tecnologías más limpias.
Bajo este contexto y en conmemoración al “DÍA DEL COMPROMISO INTERNACIONAL DEL CONTROL DEL MERCURIO”, me permito concluir con la siguiente interrogante ¿Sera posible algún día lograr una minería ambientalmente responsable?
D. Cristal Cartagena Rocha
Bajo mi sobrero verde